Hace mucho que no me paso por aquí. Muchas han sido las cosas que me han pasado durante todo este tiempo y muchos han sido los nervios que me han acompañado en este periodo.
He decidido aislarme un poco de todo este caos que me rodea y aprender a pensar en mí misma un poco más, en lo que necesito en cada momento y concederme tiempo para pensar en lo realmente importante.
Y vuelvo con la pilas más cargadas que nunca.
He aprendido a valorar más a mis amigos, he pasado malos momentos, muchos enfados y discusiones. Pero lo verdaderamente importante es que todo eso se ha quedado atrás. La amistad ha prevalecido por encima de todo y creo que estamos más unidos que nunca.
En el plano académico ha sido un año bastante duro, pero nada que no pueda solucionarse.
He aprendido a valorarme mucho más a mí misma, me quiero mucho más y me siento muy fuerte y segura de mí misma. Sé que ahora puedo derribar todos los obstáculos que se me pongan por delante con fuerza, tesón y valentía. Aprendí que soy capaz de controlar mi carácter, cosa difícil porque lo tengo muy fuerte, y he aprendido a dejarme llevar.
Podría contaros las miles de aventuras que he vivido durante este tiempo, pero creo que se quedan en simples anécdotas y que lo verdaderamente importante es la moraleja de mis pequeñas historias.
Creo que el mejor consejo que podría daros ahora mismo es que os valoréis a vosotros mismos, que os queráis mucho y que os dediquéis un tiempo a vosotros, a vuestros hobbys, a pensar y a sonreír al día. Aunque sea un poco. Miraos a un espejo y sonreid, veréis lo fácil que es ser feliz y aprenderéis a sonreír a todas las horas del día.
Nadie os va a querer tanto como uno puede quererse a uno mismo.