Libertad.

Naturaleza, aire puro, relax, disfrutar de los míos...

Un último empujón y me tocará disfrutar de lo que quiero.

Mi niña.

Noble, sincera, cariñosa, amiga de sus amigos, bondadosa, altruista, prefiere antes el bien ajeno que el suyo propio, agradecida, generosa, atenta...

Podría tirarme días y días poniendo virtudes de esta niña.

Tuve la suerte de que se cruzase en mi camino, tengo la suerte de que la tengo conmigo, tendré (espero) la suerte de seguir compartiendo momentos maravillosos a su lado.

Compartimos un sueño, compartimos ilusiones, compartimos miles de horas al día, y cuando no nos vemos nos tiramos hablando horas y horas...

No sé que será de mí cuando no la tengo. Le estoy infinitamente agradecida por este año que me ha regalado a su lado. Me regala siempre su mejor sonrisa, me da el abrazo más sincero, me apoya siempre que lo necesito y se ríe conmigo.

Así es ella, incansable. Pues me aguanta todo...

En fin, no creí que existiesen personas tan buenas como ella, de verdad. Es una persona ejemplar. Ojalá fuésemos todos como ella. Tengo mucho que aprender de tí, y todos deberían hacer lo mismo.

Te quiero muchísimo.

A mí que no me los cambien.

Por nada del mundo los cambiaba yo. Fue lo mejor que me pudo pasar al empezar la facultad y al ir avanzando el curso.

Los conocí, tuvimos buen feeling, nos juntamos siempre, hablamos de todo, compartimos secretos, vivencias, anécdotas graciosas e historias duras...

Es increíble el cariño que se coge en tan poco tiempo a las personas, pero con gente como ellos no es nada difícil, la verdad.

No pensé encontrarme con gente en la facultad, y menos el primer año, tan buena como ellos, tan simpática, cariñosa, sincera, madura...

Hacen el día a día mejor, hacen que me levante todos los días con una sonrisa por saber que los voy a ver, si no los veo les echo de menos.

Creo que nunca tuve ganas de que el curso durase todo el año. Me falta algo si no voy a clase y los veo, no sé.

Los quiero.

Dicen que nada es para siempre, yo quiero hacer la prueba y romper esa regla.

Que no me los cambien por nada del mundo.

Las vueltas que dio la vida.

Parece mentira como una simple decisión puede cambiarte la vida.

¿Destino o casualidad?

No lo sé. Pero me gusta que mi vida haya cambiado de rumbo.

Había encaminado toda mi vida a las ciencias. La química, una de mis mayores pasiones. Átomos, reacciones, ver la vida de otra manera, demostrar el por qué de muchas cosas, saber composiciones de productos... para encaminarla ahora a las letras. Otra de mis mayores pasiones.

Siempre fui de las que leen muchísimo, me encanta la poesía, hice algún intento que más tarde borré.

Comencé mi camino en la senda de los idiomas. Aprendí a profundizar en la utilización del lenguaje. Estudié sus etapas, su evolución... entendí nuevas formas y nuevos sistemas de comunicación. Aprendí nuevos idiomas.

Adquirí una nueva visión en la literatura. Aprendí a apreciar los clásicos más aún si cabe...

Podría decirse que soy una persona nueva, entregada a las letras. No viví mi sueño , pero hago de mi nueva vida el mejor sueño que podría vivir jamás.

¿La gente? Qué decir de ellos, de mis compañeros. Que cada día los quiero más. Aprendí de ellos infinidad de cosas, compartimos gustos, vivencias, opiniones. Siempre desde el respeto y con argumentos razonables. Compartimos secretos, bromas, horas y días.

Si todo era bueno en mi vida, ellos lo hacen ser mejor aún.

Algunos se incorporaron más tarde al grupo, pero me han robado el corazón igualmente.

Los quiero, sí los quiero a todos. Son lo mejor que me podría encontrar en la vida y no los quiero perder nunca.

No me olvido de lo anterior, pero si diese marcha atrás en el tiempo me gustaría que fuese todo exactamente igual.

No los cambio por nada.