Y no nos damos cuenta de que perdemos media vida persiguiendo tener dinero o cosas de mucho valor porque pensamos que la vida será mejor.
El dinero no compra la felicidad.
Yo prefiero tener menos dinero y ser rica en espíritu, amigos salud y amor.
El dinero, la fama y esas cosas son algo efímero, cuando tu popularidad es menor o tu fortuna no es tan grande, algunas personas que decían ser "amigos" desaparecen como por arte de magia.
Ahora, quizá más que en todo el año, por ser estas fechas nos damos cuenta de lo que realmente tenemos y de lo que echamos de menos.
Echamos de menos compartir cosas con personas que ya no están aquí. Agradecemos de todo corazón poder seguir celebrando estos días con los nuestros y gozar de salud. Agradecemos tener amigos en los que apoyarnos y tener esa persona que nos hace sentir especial.
Y sí, lo esencial es invisible a los ojos. Las sensaciones más únicas las vives con el amor. Los recuerdos más bonitos siempre suelen estar acompañados de personas especiales e importantes en nuestras vidas.
Las nuevas sensaciones que nos aportan nuevas situaciones. El sentir que estás, de una vez por todas, en tu sitio... eso no se paga con nada.
La felicidad se consigue gracias a los amigos que te apoyan, gracias a que gozas de buena salud para compartir momentos con ellos y a la persona que te haga olvidar todo lo que pasa alrededor cuando estás con ella.
Esas sensaciones son esenciales para sentir que la vida tiene sentido, que el dinero no compra la felicidad y que tienes una vida plena de cosas buenas de las que disfrutar día a día con una sonrisa de oreja a oreja.
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